domingo, 13 de abril de 2014

TIEMPO DE ACEPTAR

A pesar de estar muy débil Raúl se muere de ganas de ir a Galicia a visitar a nuestra otra familia, los amigos, a respirar un poco de aire frío y con olor a Atlántico y por supuesto, a comer pulpo.
Nos vamos a Galicia! y para ello Raúl tiene que hacer un gran esfuerzo, pero merece la pena al 200%.
El amor y cariño con que lo reciben lo llenan de energía y no se pierde, ni siquiera, una fiesta con todo el mundo en casa de Marinha.

No recuerdo bien, creo que fue una semana, siete días de amor y felicidad que nos hacían mucha falta.
La última noche en Galicia y por primera vez en todo este tiempo Raúl me confiesa que ahora sí sabe que no le queda mucho tiempo. Si me lo hubiese dicho en otro momento quizás hubiese pensado que hablaba el cansancio o que tenía un mal día, sin embargo, supe que lo que me decía era cierto y que él lo sabía perfectamente.

Ese viaje fue como una despedida, como algo que tenía pendiente y que tenía que hacer antes de poder "descansar". 
Vigo, sus amigos, nuestros amigos, con ellos vivió los mejores años de su vida, eran su familia y, consciente o inconscientemente, necesitaba verlos y abrazarlos de nuevo para despedirse.

De vuelta a Mataró la lucha de Raúl empezó a aflojar, no por que ya no tuviese fuerzas si no porque entendió que no podía seguir luchando ante algo que seguía su curso. Así que en vez de intentar escapar, miró de frente su enfermedad, aceptó lo que le pasaba y lo que estaba por venir y decidió dedicar ese tiempo a aceptar, dejar todo "atado", darnos su amor y dejarnos disfrutar de él.

Es difícil escribir esto, no sé si será comprensible para quién no lo haya vivido, pero esta aceptación de Raúl no significaba ningún paso atrás o derrota, todo lo contrario, creo que Raúl se hizo más fuerte que nunca y consiguió lo más difícil: aceptar todo lo que estaba por venir y aceptarlo en paz.

No voy a hablar de los últimos días, fue algo demasiado difícil, sin embargo, casi dos años después, cuando pienso en ello recuerdo todo el amor que había en la casa, en la habitación donde estábamos abrazándolo y acompañándolo en todo momento.

Como no podía ser de otro modo, pasados un par de meses hicimos una gran fiesta en honor a Raúl. Todos los amigos y las familias nos reunimos en Vigo donde le pintamos un mural, tiramos sus cenizas al mar, brindamos, reímos, lloramos y cantamos.
¿Cómo si no recuerdas a alguien como Raúl, a alguien tan especial?

SEGUIMOS RECORDÁNDOTE TODOS LOS DÍAS Y SIEMPRE CON UNA SONRISA ENORME


Homenje a Raúl,Vigo 29/09/12